viernes, 30 de noviembre de 2012

UN PASEO POR ÉCIJA Y OSUNA



                                  UN PASEO POR ÉCIJA Y OSUNA


Écija es una pequeña Sevilla rococó. Se la conoce sobre todo por la multitud de campanarios-minaretes de sus iglesias-conventos, pequeñas Giraldas rematadas en campanarios de escayolas y azulejos de colores.






 Pero Écija está llena de imponentes palacios de fachadas onduladas con columnas torsas de mármol de colores como el de Benamejí que hoy es el mueso arqueológico y posee la que seguramente es una de las joyas arqueológicas de este país, la Amazona Herida que se encontró en la plaza, está completa y es preciosa.

 El de Peñaflor con su correspondiente fachada movida y un originalísimo balcón corrido con frescos, deslumbrante, aunque toda la ciudad está llena de palacios construidos en torno a claustros y patios con albercas.

 Pero si hay un ejemplo completo de nuestro Rococó este es la iglesia de los Carmelitas Descalzos, una maravillosa bombonera recién restaurada que es obligado ver. Sus preciosos retablos barrocos, sus escayolas, sus pinturas, su órgano singular.


 Muy recomendable esta preciosa ciudad para visitarla.
También estuvimos en Osuna. En lo alto la Colegiata y la universidad.
La Colegiata del S XVI construida en el etilo de transición al Renacimiento, plateresca de tres naves con capillas entre contrafuertes estas cubiertas con bóvedas estrelladas hispano flamencas, tres ábsides, bóvedas vaídas en las naves y pilares altísimos corintios con el trozo de entablamento brunelleschiano como en la Catedral de Granada, están ligeramente inclinados por haber cedido la estructura. 

Además esconde otras sorpresas arquitectónicas en el subsuelo verdaderamente muy, muy curiosas. A parte de que es el mausoleo de los Osuna. Pero sobre todo  la Colegiata posee 5 Riberas de primerísima fila que encargó el Duque Pedro Girón III siendo virrey de Nápoles entre 1616 y1620, un San Bartolomé, un San Pedro penitente, un San Jerónimo, un San Sebastián y un Calvario encargo de la duquesa de 1617-18.

 En frente está el convento de la Encarnación. Barroco dieciochesco con una iglesia en una sola nave cubierta con bóveda de cañón con pintura un magnífico retablo barroco, toda la escultura es estupenda.

 En el claustro hay un zócalo con azulejos sevillanos del XVIII magnífico y tienen las monjas un verdadero tesoro en imaginería de pequeño tamaño, niños Jesús, algunos dormidos, pequeñas Vírgenes, santos, santas, Crucifijos, pequeños bargueños llenos de vestiditos cosidos y bordados por las monjas de clausura para vestirlos. Todas dentro de pequeñas urnas o vitrinas impecables. Muy bonito la verdad.
Además está la calle de San Pedro a la que dan una buena parte de los palacios de la ciudad, festival de fachadas onduladas en mármol con columnas torsas y escultura francamente espectaculares.

Ya os he dicho dos ciudades muy recomendables.