QUINTO DÍA URBINO
De Arezzo salimos para Urbino por una carretera de infarto
por los Apeninos, pues Urbino está en
alto, en realidad es una ciudad de montaña que se queda aislada casi un mes
entero en invierno por la nieve, con lo que el paisaje es precioso pero la
carretera un poco temerosa llena de curvas e italianos con prisa que adelantan
en lugares imposibles.
Se llega a Urbino y empezamos a ver el palacio ducal desde
lejos que está colgado y funciona como la fachada de la ciudad. Lo que vemos son
las logias que se correspondían con las habitaciones privadas del palacio
orientadas al noroeste. Balcones dentro de arcos de triunfo en tres alturas y todo el cuerpo entre
torres.
El palacio ducal se amplía justo durante la corte de Federico de Montefeltro
en el S XV, esta era una de las cortes más cultas y avanzadas del Quattrocento.
El duque hombre con una formación humanística muy importante y refinada tuvo a
su servicio a artistas tan grandes como Piero della Francesca, Pedro Berruguete
y Laurana el arquitecto que seguramente junto a Piero della Francesca se ocupó
de la ampliación del palacio.
Laurana proyecta el nuevo palacio entorno a un
patio cuadrado porticado y plenamente renacentista con una fachada en L hacia
la plaza del centro de la ciudad, y un frontis oblicuo hacia el campo, que es
lo que primero vemos del palacio cuando llegamos.
El nuevo palacio va a
transformar la ciudad medieval. La ciudad esta amurallada tiene forma ahusada,
alargada con una calle larga. Hoy el palacio es el museo de las Marcas, sobre
todo íbamos a ver “La Flagelación” de Piero della Francesca y la “Ciudad ideal”
que se especula que también pudo pintarla él o Laurana, además hay un magnífico
retrato del duque pintado por Berruguete un precioso retrato de una dama de Rafael,
una predela de Uccello.
Pero también y por otra parte muy importantes son las
marqueterías. Primero las del Estudiolo del duque, estudio diminuto donde se
retiraba a estudiar. El estudio está decorado con marqueterías aplicadas a las
paredes que simulan armarios, entre ordenes, de puertas de rejilla abiertas que muestran
todo tipo de objetos que tenían que ver con la formación del príncipe, libros,
instrumentos musicales, instrumentos científicos, algún paisaje, alguna
escultura en su nicho, algún animal, todo en trampantojo, en la parte de arriba
una serie de retratos. Estas marqueterías son realmente uno de los antecedentes
importantes de la naturaleza muerta.
Pero van mas alla, estamos en el S XV
momento en que se han sistematizado las reglas de la perspectiva geométrica y
se produce un verdadero furor por la representación de arquitecturas fingidas, por lo que nos vamos
a encontrar con este tipo de decoración en muchas de las puertas del palacio.
Este tipo de marqueterías se ponen de moda se utilizan para las puertas,
también para bargueños y muebles y se difunden fuera de Urbino.
La plaza con el palacio y la Catedral con fachada
palladiana, es elegantísima con escasísima decoración.
Antes habíamos ido a la
casa de Rafael que da a esta calle pero hacia el otro lado. Parece ser que se
conserva tal cual, es una casa de una familia acomodada de la época. El padre
Giovanni Santi era pintor reconocido que trabajó para la corte con lo que tuvo
un buen taller y una casa importante. El taller lo tenían abajo y la vivienda
en los pisos altos, Rafael queda huérfano muy pronto pero como se había criado
en el taller de su padre y desde muy niño apuntaba maneras, a la muerte de su
padre se hizo cargo del taller familiar. En la casa no hay ninguna obra suya,
pero la visita aun así es interesante.
De Urbino salimos para Rimini para pasar nuestra última noche
en Italia. Y por supuesto esa noche nos acercamos a ver una vez más el Templo
Malatestiano, tan elegante, y a dar un paseo por esta encantadora ciudad de
vacaciones donde nació Fellini.
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